>

lunes, 14 de marzo de 2011

Crash

De vez en cuando pienso acerca del sentido de la vida: algo muy humano por un lado, pero no tanto si piensas en términos concretos...
Hoy me he topado de nuevo con tus letras, con tus escritos, que no son perfectos pero que encomio porque pese a que muestran tristeza también muestran una entereza que nadie tendría que tener que demostrar nunca.
La vida a veces es cruel con quien menos lo merece, es lo que tiene la diosa Fortuna y su ceguera, pero leo esas cosas... y se me cae el alma a los pies. Desearía poder borrar de tu mente, o anular, esos recuerdos, conseguirte inyectar algo de alegría, demostrarte que vale la pena vivir aunque a veces no te lo parezca.
Dicen que cuando una puerta se cierra se abre una ventana, sé que esa puerta está cerrada tan sólo metafóricamente, pues la cicatriz chirría en los goznes, pero has de pensar así para seguir adelante.
Pero pienso en lo que la vida te ha negado y una rabia inconcebible surge de mi interior, y pienso que este es un mundo demasiado cruel para que haya un ser benévolo que vela por él.
Este texto es mitad catártico y mitad rabia petrificada, y lo que me corroe el alma es que no puedo hacer nada por ti salvo tenderte mi mano cuando estés en lo más profundo del pozo.
Algún día escribiré tu historia; y tu amada será casi en su totalidad un invento mío, pero no me hará falta nada más que imaginar un reflejo de tu calidad humana y todo fluirá solo.
Nadie debería tener que afrontar una pérdida así nunca. Y menos a tan tempranas edades.

4 comentarios:

  1. Es triste pero a la vez reconforta tu entrega en prestar tu mano a quién más lo necesite.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Ojalá pudiese hacer más que prestar mi mano u.u

    ResponderEliminar
  3. Me ha gustado mucho. Esta frase es perfecta: "...pues la cicatriz chirría en los goznes."

    ResponderEliminar