>

miércoles, 20 de abril de 2011

Desconocidos

Es fascinante observar sin ser observado, descubrir a las personas por sus pequeños gestos, que muestran más lo que son que lo que dicen. En el metro, abarrotado, cientos de personas se suben cada día y bajan, y siguen bajando, oleadas de gente que van a ningún lugar, que van a su casa, su trabajo, su gimnasio... pero que en el fondo son estáticos. Entran en la monotonía y cada nota de color que ven, la observan con desagrado, como si fuese una ofensa a su gris normalidad y hastío. Sus miradas son punzones que buscan reventar ese oasis de singularidad que resalta.

Miras al otro lado del vagón y ¿quién habrá?, puede que sea un niño, una mujer con arrugas cansadas, un anciano, un inmigrante, un hipertecnológico; y yo miro disimuladamente e imagino (a veces deduzco) las avenencias y desavenencias de esas personas, y a veces, son tan insondables... Que te preguntas si de verdad hay alguien ahí dentro, alguien detrás de esas ray-ban que te observan como objeto de estudio.
Y sorprendes una mirada desde detrás de esas gafas de sol, una mirada que, sorprendida, se desvía azorada porque sabe que ha sido pillada 'in fraganti' en ese juego de observar desconocidos, de imaginar vidas.


Otro tren parte repleto de desconocidos que se observan con disimulo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario